La Pluralidad de las Ideas

viernes, 7 de agosto de 2009

OVNIS ARGENTINA. AVISTAJES DE OVNI EN TIERRA LOCAL. Me pareció ver un lindo marcianito.



Por Cicco
Fuente: critica digital


Un cronista de C participó en una excursión con avistadores de OVNI. La estadística de los ufólogos señala que Argentina está en lo más alto del podio latinoamericano, con 550 casos reportados en 2008. Personajes e historias. Los que creen y los que no. La rivalidad histórica con los astrónomos.

Una vez, Quique Ortiz vio a Luis Alberto Spinetta a bordo de un coche en Palermo. Otra vez, a Charly García comiendo en una pizzería de avenida Córdoba. Pero algunas de las cosas más importantes que vio Quique no sucedieron con estrellas ubicables en la Filcar de la ciudad. Sucedieron en el cielo, con otra clase de estrellas. A los ocho años, caminando con un amigo por el parque Lezama, vio una bola de fuego dos veces más grande que el sol que atravesaba el firmamento como si, en un partido, a Dios se le hubiese escapado la pelota.

Tiempo más tarde, vio algo con forma de nave espacial, sumergido en las profundidades de un lago en los bosques de Arrayanes. En 1998, en el Cerro Uritorco, contempló una flotilla de naves y, debajo, encendida, luminosa, Erks, la ciudad escondida alienígena de cuarta dimensión, inserta en medio de la montaña. Una urbe de dimensiones desconocidas que sólo se ve en situaciones astronómicas, climáticas y horarias particulares que coinciden con algo efímero y especial: se muestra cuando se le canta. Quique es consciente de que, aquello que vio puede hacerlo parecer un loco de los ovnis. Por eso, dice, cuenta la historia escasamente, sólo a los íntimos, excepto ahora. "Parecía como esas ciudades cuando bajás del avión de noche. Se escuchaban ruidos adentro de la montaña. El avistaje de la flotilla duró horas. Yo no estaba solo. Había otras personas conmigo que no conocía. Y todos vimos lo mismo. Empezó a la noche y la última nave que salió fue al amanecer del día siguiente". El espectáculo lo abrumó.

"Me pareció demasiado fuerte. Por un tiempo, no quise saber más nada con el tema ovnis". Con los años, Quique conoció otras historias igual de abrumadoras: la de Claudio, el banquero, a quien durante un viaje en auto por Venezuela, se le subió un extraterrestre y le narró con lujo de detalles toda su vida. Claudio decidió abandonar su trabajo y no se supo más de él. O la historia de Alejandra, la mujer que se topó con un hombre con gafas de sol que anunció ser humanoide y bajo los anteojos de sol ocultaba dos focos poderosísimos de luz. Quique escuchó todas estas historias y sintió, por primera vez, que no estaba solo.

"Todo aquel que se acerca a nuestro grupo es porque algo vio, algo le pasó". Habla Luis Burgos, quien acaba de cumplir 40 años como ufólogo, el mismo día del aniversario de la llegada del hombre a la Luna. En nuestro país, no hay nadie tan antiguo en la materia como él. Para muchos, Burgos es la contracara de Fabio Zerpa: mientras Zerpa es mediático, tiene empresa propia, merchandising, habla por los codos de sus anécdotas con famosos, y acaba de lanzar en libro sus memorias, Burgos mantiene el perfil bajo, no cobra un centavo por lo que hace, vuelve años más tarde a conversar con los protagonistas de sus casos para ver si cambian sus versiones y habla estrictamente de su especialidad, las huellas de platillos voladores.

"Zerpa ya tiene ochenta años y está lleno de plata, hasta un muñequito tiene", dice un ufólogo que pide anonimato. "Burgos, en cambio, nunca lucró con esto. No tiene un mango. En la presentación del libro de Zerpa, se habló de tango, de su pasado como actor, de sus amistades en la farándula y Zerpa ni una sola vez dijo algo sobre los ovnis".

En el ambiente –unos 250 ufólogos en el país, activos en 20 agrupaciones–, Burgos está considerado un pionero en la materia. Tiene en su casa 30 muestras de incierto origen estelar metidas en probetas esterilizadas, pero aún no puede certificar su carácter extraterrestre. Le falta plata. Burgos se encoge de hombros: "Qué querés: el tema ovnis siempre me dio pérdida". Dirige el grupo FAO –Fundación Argentina de Ovnilogía–, con 120 integrantes del país, entre ellos médicos, aviadores, ingenieros y policías de Bahía Blanca y Coronel Dorrego, que lo asisten como corresponsales.

"A uno de ellos, se le apareció una luz muy cerca. Él le tomó fotos con el celular, y se reflejaban en el capot del patrullero. Acá, cada miembro se interesa por cosas distintas. Algunos se especializan en fotos de ovnis, otros en contactos, otros en humanoides. Acá no hacemos diferencias".

Descargate la versión pdf de la Revista C Nº 75 y leé la nota completa.

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