Pascual Tamburri Bariain
Fuente: El Semanal Digital
Los fenómenos paranormales pueden ser explicados desde la ciencia, pero han dado lugar a un negocio mundial entre lo sectario y lo semirreligioso. Aunque no sin consecuencias positivas.
Occidente es un espacio cultural muy extraño. Millones de sus hombres y mujeres reniegan de la tradición religiosa cristiana sin la que no se entienden sus propias naciones. Lo hacen en nombre de un determinado concepto de la razón y de una cierta idea de la ciencia, ambas nacidas e impuestas a partir de la Ilustración.
Muchos de esos hombres y mujeres satisfacen en cambio su necesidad de creer (en buena medida multiplicada por el rechazo de la propia religión) con el recurso a pseudociencias y pseudorreligiones. Todo un espectáculo sin más sentido que el derivado de la pérdida de rumbo colectiva.
Jorge Alcalde es un periodista con amplia experiencia en divulgación científica, desarrollada por ejemplo en ABC, Telemadrid, la cadena COPE y Libertad Digital TV. Frente al éxito fácil de ventas que consigue la simple transmisión sensacionalista de los lugares comunes paranormales, Alcalde, director de la revista Quo, se ha especializado en distinguir lo que dice la ciencia de lo que encontramos en los titulares de la prensa de menos calidad.
El libro de Jorge Alcalde sobre lo paranormal, un nuevo acierto de LibrosLibres, no deja lugar a dudas: no hay contactos con extraterrestres, no hay ninguna parte de verdad en la astrología, no hay enormes zonas infrautilizadas en el cerebro. Curiosamente los argumentos que Alcalde da para explicar las razones por las que la palabrería paranormal carece de contenido válido son excelentes piezas de divulgación científica. Dicho de otro modo, entender por qué lo paranormal es mentira es también una manera de acercarse a cómo son realmente las cosas.
Alcalde demuestra con rigor por qué es imposible que hayamos recibido visitas extraterrestres, por qué la predicción del futuro (o la explicación del pasado) no puede basarse en el influjo o la posición de las estrellas, o hasta qué punto fenómenos como las presencias, los sueños aparentemente premonitorios o las visiones en el límite de la muerte están recibiendo satisfactorias explicaciones con el avance en los estudios del cerebro.
Eso, junto a buenos argumentos sobre las caras de Bélmez, el monstruo del Lago Ness y otros clásicos del mundo paranormal, configura un texto entretenido y muy instructivo. A su conclusión no sólo sabemos por qué son mentiras ciertas mentiras, sino por qué son verdades muchas verdades que presentan ante nuestros ojos, para explicar el mundo hasta donde pueden hacerlo, las ciencias naturales.
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