martes, 11 de agosto de 2009
ESPECTÁCULOS. El efecto revival también llega a la televisión y Brenda, Diana o Michael Knight se reinventan.
Nostalgia catódica
PABLO LEÓN - Madrid
Fuente: El País
"Hemos venido en son de paz. Necesitamos su ayuda porque nuestro planeta tiene graves problemas ambientales, ustedes pueden ayudarnos". Con este mensaje se presentaron los extraterrestres de la serie V en 1984. Ahora, 25 años después, sus naves nodrizas vuelven a la Tierra. En septiembre se estrena en Estados Unidos el esperado remake de una de las series de culto de los ochenta (en España todavía no tiene fecha pero varias cadenas han mostrado interés por ella). Diana (Jane Badler) y Mike Donovan (Marc Singer) son sustituidos por Ana (Morenna Baccarin) y Chad Decker (Scott Woolf), las naves presentan un aspecto mucho más moderno y los personajes, interpretados por caras muy conocidas de la televisión americana, reflejan la realidad del siglo XXI. Pero el concepto original se mantiene intacto: la influencia de las novelas de Sinclair Lewis, premio Nobel de Literatura en 1930, la amenaza del extraño, la alegoría del nazismo (el control, la coerción social y la simbología que imponen los visitantes) y el poder de la unión del pueblo.
Pero el lavado de cara y el regreso de los visitantes no es único en las pantallas. El pasado otoño reabrió sus puertas el West Beverly High School. Entre el profesorado estaban Brenda (Shannen Doherty) y Kelly (Jenie Garth), las protagonistas adolescentes de Sensación de vivir, la serie original de 1990 creada por Aaron Spelling y Darren Star. La audiencia no ha respaldado masivamente el retorno de 90210 aunque ha conseguido mantener el interés, e incluso alcanzar picos de audiencia. Sobre todo cuando las tramas incluyen las desventuras de las protagonistas originales. El tirón de las caras conocidas o la curiosidad por saber cómo han evolucionado los personajes que nos sedujeron hace décadas, despiertan gran interés por estas revisiones.
"La verdad es que no hay fórmula para el éxito, no pueden intentar que revivas la sensación que tuviste hace 20 años sólo por usar el mismo nombre. No van a triunfar por llamarse igual sino por la calidad de la propuesta", sentencia Borja Cobeaga, director de Pagafantas y un fanático de las series. Battlestar Galactica cumple ambos requisitos: es un remake de una serie inglesa de los setenta, seduce al público y la asociación de críticos de televisión estadounidenses le ha otorgado este año el premio al mejor programa del año. Es una excepción.
El antiaging catódico no siempre funciona. Con una cara rejuvenecida, la del modelo Justin Bruening, y con Kitt renovado, llegó a las pantallas (a las españolas hace un mes) El coche fantástico. Interesó un par de semanas. El heredero de David Hasselhof no ha afianzado la audiencia.
Este otoño, un grupo de treintañeros sexys que viven en un problemático bloque de edificios va a intentar seducir al público. Vuelve Melrose Place y de maestros de ceremonia: Thomas Calabro y Laura Leighton, el perverso Doctor Michael Mancini junto con su cuñada Sydney Andrews. La aparición de un cuerpo en la piscina del 4616 de la famosa avenida de Los Ángeles es el provocador punto de partida de la serie que presenta una estética más oscura que los primeros capítulos del original.
Entre novedades y reboots, las series viven una época dorada y la mezcla de calidad y nostalgia rubrica un éxito asegurado. Pero "¿no es un poco triste tener nostalgia a los 30?, ¿qué haremos a los 50?", concluye Cobeaga.
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