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martes, 15 de septiembre de 2009

¿Adónde fueron a parar las piedras lunares de la Apolo?



Fuente: yahoo.com.mx

AMSTERDAM (AP) - Atención, países del mundo: ¿Saben dónde están las piedras lunares que les regalaron?

La noticia de que las piedras exhibidas en el museo nacional de Holanda son falsas es un llamado de alerta para los aproximadamente 130 países que recibieron como obsequio piedras que trajeron de la Luna los astronautas de la Apolo 11 en 1969 y la Apolo 17 tres años después.


Unas 270 piedras lunares fueron regaladas a otros países por el gobierno de Richard Nixon, y según expertos y una investigación de la AP, no se sabe dónde fueron a parar algunas de ellas.


"No tengo la menor duda de que algunas piedras de la Luna se perdieron o fueron robadas y son parte hoy de colecciones privadas", declaró Joseph Gutheinz, instructor de la Universidad de Arizona y quien investigó para el gobierno el paradero de esos tesoros lunares.


El Rijksmuseum, famoso por su colección de obras de los grandes pintores holandeses del siglo XVII, informó el mes pasado que había hecho analizar lo que se suponía era una piedra lunar del tamaño de una ciruela y descubrió que se trataba de un pedazo de madera petrificado, probablemente de Arizona. El museo dijo que había recibido las piedras de los descendientes de un ex primer ministro.


Las piedras verdaderas se encuentran en un museo de historia natural y no está claro cómo fue que las del Rijksmuseum fueron identificadas como procedentes de la Luna.


El episodio, no obstante, plantea interrogantes acerca de las otras piedras que fueron regaladas por Washington.


Las piedras genuinas no tienen valor alguno como minerales, pero los coleccionistas pueden pagar más de 100.000 dólares en el mercado negro.


De las 135 piedras traídas por la Apolo 17 que fueron regaladas a otros países o líderes, sólo el 25% fueron localizadas por CollectSpace.com, un portal para aficionados a la historia que lleva tiempo tratando de determinar el paradero de las rocas.


Esto no quiere decir que se han perdido las piedras, sino que no se documentó debidamente su paradero.


La AP revisó correspondencia entre el Departamento de Estado y embajadas estadounidenses y pudo ubicar otras diez piedras de la Apolo 17, en Suiza, Bélgica, Italia, Barbados, Francia, Polonia, Noruega, Costa Rica, Egipto y Nepal.


Pero la correspondencia aporta apenas una treintena de pistas acerca de las personas que recibieron las piedras o los museos donde debían ser exhibidas inicialmente. Ecuador y Chipre son algunos de los países que supuestamente recibieron piedras pero cuyas autoridades dicen no tener noticias de ellas. Cinco fueron entregadas a dictadores africanos que han muerto o fueron derrocados.


Las perspectivas de ubicar las piedras de la Apolo 11 son más remotas todavía. Se han localizado apenas una docena.


"La NASA le entregó las piedras al Departamento de Estado para que las distribuyese", explicó Jennifer Ross-Nazzal, historiadora de la NASA, en un correo electrónico. "No tenemos documentado cuándo ni a quién fueron entregadas".


"La Oficina de Historia no le siguió la pista a las piedras lunares y, hasta donde yo sé, nadie lo ha hecho", expresó en un correo electrónico Tiffany Hamelin, historiadora del Departamento de Estado.


Eso puede llamar la atención hoy, pero a principios de la década de 1970, pocos esperaban que la Apolo 17 fuese la última misión a la Luna. En su momento, las piedras no tenían ni por asomo el valor que han adquirido con el paso del tiempo.


El grueso de los 382 kilos (842 libras) de piedras traídas de la Luna por las naves Apolo están bien guardadas. Unas pocas fueron usadas para investigaciones científicas y un juego de piedras de las más grandes es prestado a distintas instituciones para ser exhibidas.


Gutheinz dice que la gente sabe muy poco acerca de esas piedras, por lo que esos objetos se prestan para estafas.

Recordó que en 1998, cuando colaboraba con las investigaciones de la NASA trabajando como agente encubierto, le ofrecieron una piedra verdadera, que había sido entregada a Honduras, por 5 millones de dólares.

La piedra fue recuperada y devuelta al gobierno hondureño.

Una piedra entregada a Malta fue robada en el 2004 y el diario español El Mundo reportó hace poco que otra piedra obsequiada a Francisco Franco también ha desaparecido.

Franco murió en 1975. Según el diario, su nieto niega haber vendido la piedra. Indicó que su madre la había perdido y recalcó que, de todos modos, se trataba de una posesión personal y que la familia estaba en su derecho de venderla si así lo deseaba.

Según Gutheinz, una piedra regalada a Rumania desapareció tras la caída y ejecución de Nicolae Ceausescu en 1989, y tras la llegada de los sandinistas al poder se perdió la pista de la piedra entregada a Nicaragua. Tampoco se conoce el paradero de las piedras regaladas a Pakistán y Afganistán. La de Afganistán estuvo en el museo nacional de Kabul hasta que fue robada en 1996.

El Rijksmuseum dijo que recibió la piedra de los herederos del ex primer ministro Willem Dress en 1992. La piedra le había sido entregada a Drees por el embajador estadounidense en 1969.

Un nieto de Drees, llamado también Willem, declaró a la AP que su padre estaba casi ciego y mudo cuando recibió el regalo y, por más que se mantenía muy alerta mentalmente, "tal vez no escuchó bien lo que le dijeron y no supo lo que tenía en sus manos".

La familia nunca le dio demasiada importancia a la piedra ni pensó que tenía un gran valor, y no cuestionó su autenticidad cuando la donó al museo.

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En este despacho colaboraron el investigador de AP Randy Herschaft desde Nueva York y los corresponsales Menelaos Hadjicostis (Chipre), Marianela Jiménez (Costa Rica), Monika Scislowska (Polonia), Gonzalo Solano (Ecuador), Andrew Whalen (Perú), Doug Mellgren (Noruega), Paul Schemm (Egipto) y Binaj Gurubacharya (Nepal).

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